lunes, 15 de abril de 2019
lunes, 2 de abril de 2018
Ida y vuelta a Loma Bonita
Buenas tardes camaradas. El día de ayer tuvimos una rodada
extrema. Con bastante calor. Sobre todo, en el lapso de 1 a 3 de la tarde, fue
cuando sentimos más calor. Empezaba amanecer, porqué prácticamente salimos a
oscuras de casa, y con la cámara quisimos tomar una foto al Rey Sol, pero la
cámara no pudo captar el esplendor del sol, tal y como nosotros lo veíamos. Era
hermoso. El Sol empezaba su jornada, y también lo hacíamos nosotros al empezar
la rodada, y apenas estábamos en San Silverio. Al frente teníamos el Sol
saliendo, y en lo alto a nuestras espaldas teníamos la Luna llena, muy
claramente visible, a pesar de que ya era de día.
Sobre el camino, pasando el Poblado de Altamira, el camino
se volvió vereda, pasando entre cañales y potreros. La primera puerta que
pasamos era de metal y nos topamos con un lugareño que en el lugar se
encontraba ordeñando. Al ver la puerta pensamos que nuestra travesía se tenía
que recomponer y tomar un camino alterno. Pero lo que hicimos fue
identificarnos quitándonos el casco y las gafas, la gente es desconfiada en
estos días, y ciclistas no pasan muy seguido por allá. Recomiendo siempre
despejar su rostro cada vez que pidan auxilio u orientación de los caminos con
los lugareños. A veces ustedes mismos se podrán sorprender de la hospitalidad
de algunas personas en las comunidades. Tal y como más adelante lo comentaré.
Después de sortear las veredas y varias puertas, pudimos
llegar al camino viejo de Palo Gacho a Loma Bonita, que era la antigua
carretera a Loma Bonita, por lo cual es un camino bastante ancho. Ésta etapa es
un poco más cansada, ya que hay mucha grava y piedra suelta, por lo cual es más
golpeado para las muñecas de nuestras manos y también para el trasero. Es
recomendable pararse sobre los pedales en cada bajada para descansar un poco el
culo del sillín.
Al fin alcanzamos Loma Bonita, no podía faltar el jugo de
piña y el coctel de piña, tanto para hidratarnos como para saciar un poco el
hambre. Como esto no bastó, nos fuimos a una fuente de sodas muy conocida allá,
me refiero a Sodas Cris. Nos trataron muy bien, e incluso nos llenaron con agua
de nuevo nuestras empolvadas ánforas. Y nos contactaron con otro ciclista para
que en futuras incursiones podamos apoyarnos de ellos.
En este punto los calambres se hicieron presentes, y a uno
que otro les dio un tirón en la pierna.
Tomamos el camino que comunica Tlacojalpan con Loma Bonita,
y a partir de esta etapa, la sombra escasea más, había menos árboles, tanto en
la carretera como en la terracería, ya que predominan los campos de cultivo de
caña de azúcar y los grandes potreros. El camino que tomamos fue la desviación
por terracería hacia Guadalupe Victoria, que nos brindó un suelo compacto y
arena fina sobre él. Cada vez que nos rebasaba una camioneta o camión dejaba
una estela de polvo, en pocas palabras nos talqueaba. Un pañuelo o una bufanda
tubular fueron muy útiles en este camino. Si hay polvo nos cubre nuestra nariz y
con el sol retiene nuestro sudor que, al evaporarse alrededor de nuestro
cuello, nos da una sensación de frescura. Lo bueno también fue que no pasaban
muchos autos por ahí.
Al llegar a Guadalupe Victoria ya habíamos agotado de nuevo
nuestra agua en nuestras ánforas, así que buscamos una casa con pozo de agua.
No tardamos mucho en localizar una. Fue bastante curioso este hecho y nos dejó
pensando lo que a continuación describiré.
Al llegar a la casa, salió una abuela a nuestro encuentro:
-Que tal sra. Buenas tardes, mire, somos ciclistas de
Tuxtepec, venimos de Loma Bonita y nos dirigimos a Tuxtepec pasando por Palo
Gacho, nuestra agua se ha agotado, si nos permitiera llenar nuestras ánforas
con su agua del pozo estaríamos muy agradecidos.
La sra. de edad avanzada nos explicó amablemente que no era
posible tomar agua del pozo, pues este se encontraba sucio y no era apto para
beber, así que sacó un garrafón, de esos que compramos a las
"purificadoras de agua" y llenó un recipiente. Todos tomamos y
llenamos nuestras ánforas con el agua. Al preguntar cuánto le debíamos por el
agua, nos dijo que no era nada. Sin embargo, nuestro compañero Cesar le dio el
dinero que corresponde a lo de un garrafón. Al estar descansando en la sombra
de la entrada de la sra. Eufosina, su vecino salió y nos regaló bolís de
tamarindo para todos. Se negó a recibir dinero como pago.
Es curioso cuando de alguien que no conoces, recibes algo
sin pedir nada a cambio, en este caso los bolís, los cuales nos refrescaron un
montón. Y también incongruente, en el caso de la sra. Eufosina, teniendo pozo
de agua no poder beberla si no tenerla que comprar a otro. Esto es el negocio
del agua embotellada.
viernes, 18 de agosto de 2017
Rodada al desengaño
Siguiendo los objetivos de coatl, damos la bienvenida a esta segunda mitad del año 2017. Con las rutas dominicales que ya nos caracterizan como grupo, así como con nuevas actividades, las nocturnas de los miércoles, que permiten entre semana de disfrutar de un rato de esparcimiento y activación física en compañía del equipo de Coatl. Así como el activismo a través de la campaña "Hazte Bicible", cuyo objetivo es invitar a nuestros hermanos ciclistas a que adopten una cultura de la bicicleta más responsable y seria. Porque desgraciadamente hay mucha desinformación y poco respeto entre los que usamos las vías. Y de entre todos los que circulamos por calles y avenidas, somos los peatones y los ciclistas los más vulnerables.
Este domingo 20 de agosto tendremos una ruta hacia el desengaño. El circuito consta de 24 km aproximadamente de caminos de terracería, aunque la parte inicial es por carretera de San Bartolo hasta el desengaño.
Utilizando el camino que lleva hacia San Silverio, la ruta ofrece en el inicio colinas moderadamente pequeñas, su dificultad tal vez podría ser la piedra suelta y suelo poco compacto. Pero que después se ve recompensado con un trayecto plano, atravesando ranchos de pastoreo de ganado. El camino vuelve a unirse a la terracería principal para después llegar al poblado de San Silverio. Punto en el cual haremos un breve descanso y después retornaremos por el camino principal para finalmente llegar a San Bartolo, punto final de nuestro recorrido.
Este domingo 20 de agosto tendremos una ruta hacia el desengaño. El circuito consta de 24 km aproximadamente de caminos de terracería, aunque la parte inicial es por carretera de San Bartolo hasta el desengaño.
Utilizando el camino que lleva hacia San Silverio, la ruta ofrece en el inicio colinas moderadamente pequeñas, su dificultad tal vez podría ser la piedra suelta y suelo poco compacto. Pero que después se ve recompensado con un trayecto plano, atravesando ranchos de pastoreo de ganado. El camino vuelve a unirse a la terracería principal para después llegar al poblado de San Silverio. Punto en el cual haremos un breve descanso y después retornaremos por el camino principal para finalmente llegar a San Bartolo, punto final de nuestro recorrido.
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